Cursos de montañismo, lo destacable en un año de confinamiento

Cursos de montañismo, lo destacable en un año de confinamiento

Sin lugar a dudas el 2020, no será un año que recuerden con cariño los amantes de las montañas, ya que la pandemia del Coronavirus los tuvo mayormente encerrados, lejos de la nieve, de las rocas, de los ascensos y de las cumbres que otorgan libertad.

Pero por otro lado, el encierro aumentó las ganas de comunicarse y acompañar, y así fue, que este 2020, debe haber sido sin lugar a dudas la temporada con más charlas, conversatorios, webinars y talleres on line, de la que se tenga registro.

Hubo algunos, que fueron más allá y quisieron aportar aún más a la comunidad montañera, como el Club Andino de Rancagua y el Club Andino Puente Alto, que organizaron un curso de montañismo básico, y con un profesor de primera: Ernesto Olivares. “El curso surge como una necesidad local de capacitación. Nuestra directiva se ha esforzado en acercar el montañismo a la sociedad. Durante el 2019 se realizaron capacitaciones en diferentes colegios de la comuna (cerca de 1000 niños) tocando diferentes tópicos tales como: orientación, seguridad en montaña, uso de aplicaciones para montañismo, cartografía y muchos más temas, y también nos apoyo Ernesto Olivares con una de sus charlas acá en Rancagua. Desde esa fecha que se venía planificando un curso básico de montañismo, pero abierto a todos, y a un precio accesible, con el fin de potenciar a la gente y así empezar a contribuir en disminuir la tasa de accidentalidad en este deporte”, analizó Miguel Vera, Presidente del CAR.

El Club Andino de Rancagua fue fundado el 24 de mayo de 1958, y desde entonces acumula una serie de logros en el montañismo, junto a una larga trayectoria ligada a la sociedad rancagüina.

Ernesto Olivares, es un experimentado montañero, reconocido por sus ascensiones en Los Himalayas: Everest (2004 y 2012), Lhotse (2006), Makalu (2001), Manaslu (2019) y Nanga Parbat (2007). También fue parte de la expedición a la Antártica (2002-2003) y completó las Seven Summits, que es coronar la cumbre más alta de cada continente. Junto a sus logros deportivos, se ha dedicado a la docencia, tanto en universidades, como en la Escuela Nacional de Montaña, de la que es instructor.

“El profesor estaba pensado desde que Ernesto nos realizó su charla de Travesía Antártica acá en Rancagua (charla que también gestionó el club). Desde esa fecha que nos picó el bichito de hablar con Ernesto y plantearle la situación y ver que opinaba”, recuerda Miguel Vera.

Fue así, que María Pérez Silva, entonces socia del club, motivada por la idea, se contactó con Ernesto Olivares, y así empezaron las conversaciones.

Pero, llegó la pandemia del covid, que por momentos amenazó con tirar al tacho de la basura todo lo planificado, es entonces que Ernesto Olivares sugiere realizar la parte teórica a través de una modalidad on line, a lo que el Club Andino de Rancagua se suma, colocando la plataforma.

Originalmente estaba planificado para 25 personas, pero quedó casi el doble fuera, por lo que se gestionó se realizara con todos los interesados.

Fue así que a mediados de agosto se dio inicio al Curso de montañismo básico organizado por el Club Andino de Rancagua, el que en sus clases teóricas sábado a sábado, se extendió por casi dos meses.

Finalmente restaban las clases en terreno, para lo que se dividió al curso en dos grupos, uno del 18 al 22 de noviembre y otro del 25 al 29 del mismo mes.

El lugar elegido por el CAR fue las Termas de San Pedro, en el sector del Complejo Aduanero Paso Vergara, en la Región del Maule.

En jornadas diarias de hasta 16 horas, los asistentes al curso aprendieron técnicas de marcha, nudos, rescate en zonas agrestes con elementos disponibles, laderismo, auto detención en nieve, cruce de río, vestuario, alimentación, gestión de riesgo, orientación, planificación y no deje rastro, entre otros.

“La verdad que fue una actividad que sobrepasó con creces lo que uno esperararía en un curso básico de montaña. Fueron jornadas extensas de entrenamiento que nos tuvieron entregando el máximo, y si sobraba del máximo, había que dar más. Conocimos mucha gente que hizo muy grato el curso. Hacer todas las actividades a ese nivel de estrés de levantarse a las 6 de la mañana, a las 7, estar listo con la mochila y sacarte la mochila a las 9 de la noche, comer un poco algo caliente y seguir con una actividad noctura de análisis de casos, la verdad que hizo fuera un curso duro, pero quedó la sensación de ganas de más, porque al final estábamos felices”, recuerda Patricio Orrego asistente al curso y perteneciente al Club Latitud 34.

Similar opinión, en cuanto a la exigencia del curso, es la que tiene Carlos Otero: “Me pareció muy intenso en su formato, ya que en una salida a terreno se vieron todos los contenidos. Antes yo había hecho hace años otro curso, y era por fines de semana, entonces si bien los contenidos eran parecidos, el formato de este curso, lo hizo mucho más intensivo, aparte que Ernesto en su metolodogía está el exigir al máximo a sus alumnos, para que se vean enfrentados a situaciones más complicadas en cuanto a poder pensar bien y poder tomar decisiones cansados. Entonces se simula una situación más complicada en un ambiente que si es controlado, que no es de mayor riesgo, y en ese sentido, encontré buena esa modalidad y como la lleva a cabo. como balance general, pensando en todas las personas que hacen actividadades de montaña, es fundamental este curso y debería ser más masivo, porque te da herramientas para estar en el ambiente de montaña. Muchas veces no nos damos cuenta o no tenemos la información del riesgo que corremos cuando nos aproximamos a la montaña”.

Algo que todos coincidieron en resaltar al final del curso, fue la calidad humana de quienes asistieron, tal como rememora Orrego: “Fue un grupo humano con gente de Viña, de Rancagua, de Santiago, que nos compenetramos muy bien, que fue espectacular. El cuerpo a pesar que estaba cansado, con dolores por todos lados, con frío, con hambre, resistió bien, y es porque había un complemento en el grupo humano, que ayudó a disfrutar el curso. A pesar de haber estado en condiciones extremas, aprendí harto. Cada uno de los participantes, todos aportaron un granito de arena, y fue muy grato y dejaron una enseñanza y genera muy buenos recuerdos, y pasarán muchos años y seguirán ahí. ”.

El reconocimiento a Ernesto Olivares, tampoco estuvo ausente al momento de los análisis: “Valor aparte sin duda, el profesor. Conocer su humanidad, su simpleza, sus ganas de enseñar, grabarte a fuego las técnicas de seguridad, fue muy motivante. Como dijo, si no habían moretones, no habían certificados. Todo el esfuerzo que hicimos valió la pena, para haber disfrutado cinco días de entrenamiento, que tienen por objetivo mejorar y ser fieles representantes de lo que aprendimos” describe Patricio Orrego.

“En general el plus está en la experiencia y como transmite sus vivencias y situaciones de riesgo a las que se ha enfrentado y como las ha manejado y tener esos relatos es invaluable, pensando en alguien que tiene ese nivel de experiencia y profesionalismo en lo que hace.

El resto fue super interesante que nos hayan mezclado las cordadas, con distintos roles, con diferentes tareas, y eso también fue valioso para el aprendizaje de conocer a todos trabajando”, añadió Otero.

También hubo agradecimientos al Club Andino de Rancagua, como los que emitió Carlos Otero: “Agradecer la iniciativa del CAR, Los clubes andinos no tienen escuela, pero ahora sabiendo el contexto de que cerraron la ENAM, y sabiendo la falta de cursos en nuestro país, creo que ellos como Club, están asumiendo un rol muy valioso, al ofrecer a la comunidad cursos de este nivel y a un precio muy accesible para mucha gente. Ojalá muchos clubes de Chile se muevan para contactar instructores y acerca esta formación no sólo a sus socios, si no también como lo hizo el CAR, que fue muy generoso en abrir los cupos”.

Por supuesto no podía faltar la palabra del profesor Ernesto Olivares: “Yo no me puedo quedar esperando como individuo que mi voz se escuche, por lo tanto lo que hice en esta pandemia fue moverme. Tuvimos a 75 personas, interesadas en aprender de esta disciplina. Dos grupos en el Paso Vergara y luego otro curso al Club Andino Puente Alto. Aprovecho de dar las gracias a la Municipalidad de Romeral, que nos apoyó con basureros y otros aspectos. Entonces, yo le hice clases a 75 personas, pero ojalá esto se pudiera generar como una política de Estado, por eso decía, si un tipo, yo, hago clases a 75 personas, ojalá esto se pudiera multiplicar. ¿Qué le he planteado a las personas con las que tengo la fortuna de poder contactarme? No nos queda otra que cada uno de nosotros, asumir nuestro rol. Debemos ser agentes multiplicadores. ¿Cuánto nos vamos a demorar? Probablemente una eternidad, pero hay que empezar a moverse, y en ese movernos, es que cada uno de nosotros, en las asociaciones de montaña, lo que estamos haciendo, es que ya que la Escuela de Montaña fue cerrada, hagámonos cargo, y es lo que los clubes de montaña están haciendo en Chile en general. Cada uno de los clubes está generando sus propias políticas de capacitación, para apróximar a nuestra población de manera segura a la montaña”, analizó Olivares.

Sobre la exigencia del Curso, también tuvo palabras: “En este ambiente la naturaleza nos enfrenta a muchos peligros, entonces yo tengo mucha conciencia que lo que yo estoy enseñando, le puede costar la vida a una persona si no lo hago bien, por eso mis cursos en terreno duran entre 12 a 14 horas, porque además de la actividad física y de la necesidad de mantener la concentración, normalmente al final de la jornada, si alguien está muy agotado y no es capaz de discernir una decisión correcta, le puede costar la vida, por lo tanto, mis cursos, si, yo los llevo al límite a los muchachos, pero creo que lo que estoy haciendo es ponerlos en un esfuerzo tal, que el día que les toque de verdad, va a ser un ambiente absolutamente conocido, por eso ellos dicen, en buen chileno que les saco la mugre, pero lo hago con mucho cariño”.

Hubo muchas risas, también algunas lágrimas por superar las capacidades personales, hubo días, por ejemplo, en que el redactor de esta nota, pensó en hacerse el enfermo, por estar muy cansado, pero finalmente la motivación de cada asistente al Curso de montañismo básico del CAR, hizo que cada jornada fuera algo que quedará para toda la vida y que el domingo final, cuando había que regresar a la ciudad, hubiera un dejo de nostalgia y de ganas de seguir ahí, en plena Cordillera de Los Andes, rodeados de un asado de clausura, compartiendo con los que ahora, serán siempre sus compañeros de curso.

Puente Alto también dijo presente

El Club Andino Puente Alto (CAPA), al igual que el CAR, entendió la nueva realidad que presentó el 2020 para el montañismo nacional, y realizó su Curso de Montañismo Básico, con Ernesto Olivares.

El CAPA, fue fundado el 16 de junio de 2018, bajo el alero de la ASAE, perteneciente a la FEACH. Hoy en día junto con el vínculo inherente a la capital de la Provincia Cordillera, el CAPA tienes tres comisiones en lo deportivo, con las que realiza permanentementes actividades: Senderismo, escalada deportiva y la media y alta montaña.

Patricio Lillo, fue el encargado de coordinar la realización del curso que finalmente se llevo a cabo de manera virtual primariamente y luego de forma presencial en ‘Las Melosas’ en el Cajón del Maipo.

“Desde que nació el Club, teníamos la necesidad de hacer un curso básico de montaña y donde pudiéramos todos de una sola vez, aprender lo esencial y básico de la actividad. Pese a que gran parte de los socios ya contaba con varios cursos impartidos por diferentes organismos e instituciones de formación, sentíamos qué cada quién hablaba su propio lenguaje. En el año 2019 se me dio la posiblidad de hacer un curso de técnicas invernales con el instructor Ernesto Olivares Miranda, fueron 5 días de gran aprendizaje, y al finalizar el curso quedé tan maravillado con el nivel técnico y profesional del instructor, que me dije, él es la persona que debemos tener en el Club para que nos enseñe”, recuerda Patricio Lillo.

Llegó el 2020, año de pandemia, encierro y más dudas que certezas para todos, en ese contexto, surge el curso para el Club Andino Puente Alto, como recuerda Lillo: “Hubo un ciclo de charlas por Zoom y ahí le pedí su colaboración a Ernesto, quien aceptó de inmediato. En esos días el CAR anunció su curso básico, y le pedí un cupo a mi amigo Miguel Vera, Presidente del club Andino de Rancagua. Promoví el curso en el CAPA, pero finalmente sólo lo tomé yo dada la situación económica y anímica (muchos con algún conocido afectado por el Covid, incluso con fallecidos en el entorno. Fue bajo esa situación y en plena pandemia que con Gladys González, socia y gran organizadora del club que decidimos pedir a Ernesto que nos imparta el primer Curso Básico de Montaña del Club Andino Puente Alto, la respuesta generosa fue un sí inmediato, la noticia fue impactante para nosotros como Club, el gran Ernesto Olivares nos haría un curso básico, la felicidad nos inundó ya que para nosotros él es nuestro mayor referente chileno como montañista e instructor y nos pusimos a disposición del Profesor”.

El curso se desarrolló durante septiembre y noviembre de forma online y del 4 al 8 de diciembre en terreno en Las Melosas, Cajón del Maipo.

“No había podido tomar un curso de montañismo, por el alto valor, pero por suerte apareció esta oportunidad. Sin lugar a dudas todo lo aprendido en este curso lo desempeñaré en mis próximas actividades de montaña. Una de las principales moralejas que me dejó en lo personal, fue que todos mis conocimientos adquiridos tanto en el pasado como ahora, debo traspasarlos a nuevas generaciones, tanto a montañistas como a gente en general. La idea es que sea siempre con el cariño y la vocación que uno siempre ha tenido. Espero que lo aprendido en el tiempo, se vean frutos y que las nuevas generaciones lo vayan desarrollando y entregando a los nuevos montañistas”. Analizó Dennise Herrera del Club del Club Andino Volcanes del Maule.

Por su parte Sandy Salamanca, socia fundadora del CAPA, comentó: “Los 5 días del curso, fueron magníficos, con vivencias más allá de la técnica, del conocimiento técnico que impartió Ernesto Olivares, que es grande. Fueron días de conocimiento en cuato a personas, en conocerlo a él, que es una gran persona, que inspira, que actúa con la intención de que las personas crean en sí mismas, en sus sueños y puedan sacarlos adelante, hablándolos desde la montaña a cualquier ámbito de su vida. Fueron cinco días de reflexiones diarias, de aprender harta técnica, maniobras, del significado hacia la persona, del cuidado hacia uno, hacia el entorno, el cuidado y lo importante de saber las maniobras, aprenderlas, repasarlas, en lo práctico en lo teórico, ser curiosos en la vida. Fue un gran profesor, una persona muy inspiradora. Yo tengo grandes sueños en mi vida como montañista y gracias a este curso se que los puedo lograr, gracias a él y todas sus reflexiones y todo el apoyo que nos brindó y el que nos da el Club”.

Para Patricio Lillo, todas las conclusiones en torno al curso son positivas: “Lo vivido en el terreno fue de gran intensidad, levantarnos a las 5:45 para estar listos para la primera clase a las 6:50 am y terminar la jornada de estudio cerca de las 24:00 horas, requirieron una gran demanda de energía, pero todo lo aprendido y vivido valió la pena con creces, una nueva visión del montañismo fue el resultado final del curso no solo en el aspecto técnico sino que también en el aspecto emocional y espiritual. Me siento profundamente privilegiado y agradecido de Dios por todo lo vivido, espero que esté curso sea el pie inicial para nuevos cursos de formación. Ya no somos los mismos que tímidamente comenzamos las primeras clases, pero queremos ser mejores y queda mucho por aprender, el compromiso adquirido por cada uno de los asistentes es el ser agentes multiplicadores de tan hermoso estilo de vida.”, señaló.

Al igual que en curso del Club Andino de Rancagua, al momento de finalizar el del CAPA, también hubo muchas risas, también lágrimas de emoción, con el firme compromiso de seguir capacitándose y disfrutando de las montañas.

Compartir

Un comentario en «Cursos de montañismo, lo destacable en un año de confinamiento»

  1. Chile es un Pais de Hermosas Montañas y ellas nos invitan y atraen y magnetizan ..esas Cumbres oh quueri conicer a traves de uds ..grandds Hijos de la Montaña….

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *