Desde la creación de En La Cima en enero de 2018, la motivación ha sido aportar un grano de arena al montañismo nacional, lo que anteriormente he realizado desde 2006 a través de los medios en que he trabajado.
Sin lugar a dudas, en mi trayectoria como periodista deportivo, la cobertura más difícil que me ha tocado hacer, ha sido la de lo sucedido en el K2 con Juan Pablo Mohr, a quien siempre quise entrevistar y lamentablemente no se dio. De hecho, la ascensión al Annapurna de JP con Sebastián Rojas en 2017, fue la gran motivante de crear En La Cima.
Durante todos estos días, leí muchos mensajes de esperanza y de buenos deseos, antes que se oficializara la noticia que ninguno quería leer, pero hubo uno que me llamó la atención, y que creo resume lo que concitó la desaparición de JP. El mensaje decía algo así como: “Mohr es para nosotros, lo que los Jordán, los García-Huidobro, fueron para generaciones anteriores”. Obviamente no hay un afán de comparar éxitos, logros, ni nada similar, simplemente entendí que ese comentario, tenía como fin, explicar de una forma muy clara, la importancia de Juan Pablo en la escena del montañismo nacional.
Siempre he creído, en base a una simple observación, que no hay mucha unidad en el montañismo chileno, pero en estos días, la sencillez, la calidad humana, esa sonrisa que muchos recuerdan y la forma de amar lo que hacía Juan Pablo, provocaron una hermosa unidad de todos, desde los que nuestro gran logro es el Manquehue o El Roble, a los que han subido el Everest. vibramos en una misma frecuencia: que JP, Ali Sadpara y John Snorri, aparecieran con vida. No se nos dio. Nuestras esperanzas, nuestra fe, se fue de golpe con el aviso ya hace una semana, del gobierno pakistaní.
Una semana ya… Y lo que toca es pedirte disculpas donde sea que estés. Unas disculpas con algo de vergüenza, porque “pucha” que merecías un bello homenaje, tal como los que con envidia (se que no es un bello sentimiento, pero la hubo), veíamos a Ali Sadpara, el de esas fotos que se viralizaron de una velatón.
No es la intención buscar culpables o apuntar con el dedo, menos cuando estamos escribiendo de una gran persona, de un gran chileno, de esos que aportan a un mejor país, pero dolió, cuando ese mismo jueves llegué a Los Silos, con una foto de JP, y unas velitas y había música, gente escalando y hartas risas. A lo mejor él con su buena vibra hubiera querido eso, pero yo pensé llegaría a un lugar con luto en su memoria. Luego, directamente me sentí humillado cuando telefónicamente se me agradeció el gesto, pero que no se podía asignar un rinconcito para la foto y las velitas y que lo guardara “para más adelante”.
Para este viernes, nuevamente se había organizado un homenaje y he visto que se ha cancelado, seguramente muchos de ustedes habrán leído el comunicado de los organizadores y digámoslo, da rabia.
Insisto, no quiero apuntar con el dedo, pero a una semana de que autoridades pakistaníes hayan oficializado el fallecimiento de uno de los más grandes montañistas de nuestra historia, hay impotencia ¡Que días más valiosos se perdieron para homenajear a JP! Y no por falta de ganas, si no, por lo que quiero creer fue la nula capacidad de reacción de algunos, por estar golpeados con toda razón, por lo sucedido.
Me niego a pensar que es por egos, de “si yo no lo hago, no lo hace nadie». No quiero dar la más mínima opción a aquella posibilidad, pero si se me viene a la mente una parte de una canción de Los Prisioneros. “Puedo soportar estrechez de mente, soportar la falta de experiencia, pero no voy a aguantar estrechez de corazón”, menos, cuando queríamos homenajear a alguien con un gran corazón. Perdónanos JP, no estuvimos a la altura, pero siempre estarás en nuestro recuerdo.
Juan Carlos Páez R.
Que sentidas palabras . JC. Lastima que esto suceda y que no se le rindiera un homenaje que claramente se merecía No. Mohr.